Siempre he pensado que la red es muy democrática y totalmente flexible lo que significa que los usos que se le dan son múltiples dependiendo de los objetivos de cada uno de los integrantes de una plataforma. Unos la utilizan para promoción personal, otros para conversar, otros como válvula de escape, otros para compartir su know-how, otros para aprender, etc. Y Twitter no es diferente.
Pero todo lo anterior no sirve de mucho si no se tienen contactos. En la mayoría de redes la relación es bidireccional, o sea, contactas con alguien y ambos estáis unidos al mismo nivel. Pero en Twitter la relación puede ser unidireccional, donde tú puedes seguir a alguien que no te siga. Tú te enteras de todo lo que ese contacto hace, dice, promociona y divulga pero él no te hace ni caso.
Esto parece “molestar” a algunas personas de twitterland que creen que debes corresponder a un follow/seguidor que alguien te “haga”. Pues yo creo que no, que los que así piensan están equivocados. Por encima de todo está el respeto a los miembros de la plataforma y al derecho de cada uno a decidir cómo quiere utilizarla. Pero además en el caso de Twitter en la relación de “pareja” si sigo a alguien que no me sigue el que gana soy yo, ya que me aprovecho de su conocimiento y él/ella no del mío.
En mi caso sigo a 16 personas que no me siguen. Y me siguen unas 180 personas a las que no sigo. Ahí ganan ellas. He decidido seguir a alguien porque dice cosas que me interesan o porque es amigo mío. En el primer caso, los 16 antes mencionados por ejemplo, el día que dejen de aportar cosas que considere importantes dejaré de seguirlos (si antes no hemos entablado una “relación de conversación”, claro).
Lo mismo ocurre con los blogs/personas que tengo en mi blogroll. Ni se me ha pasado por la cabeza pedirles que me incluyan en su blogroll sólo por el hecho de que les tengo en el mío (de hecho sólo un par me tienen en su blogroll). Están ahí porque considero que tocan temas que pueden interesar a los visitantes de mi blog y mientras lo hagan ahí seguirán. Aportan know-how y, por lo tanto, añaden valor.
Así que no te obsesiones si alguno de los que sigues no te sigue. Tú a lo tuyo. Sigue a alguien porque, de algún modo, te aporta valor. Lo demás no importa. El hecho de que no te siga no es motivo para dejar de seguirle.
¡Qué tengáis una feliz semana!
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