El sábado pasado asistí en Sabadell a la “VIII JORNADA SOBRE TDAH” organizada por la “Asociación de afectados por el trastorno por déficit de atención con/sin hiperactividad” del Vallés. Además de las ponencias de divulgación y concienciación, la jornada servía para presentar el libro que la asociación ha promovido “El niño incomprendido” y en el que además de aquel se habla de otros síndromes como la dislexia, la discalculia, los trastornos del lenguaje y los de Asperger. El que sea capaz de definirme la mitad de estos síndromes ¡tiene premio!
Pues para los que no lo sepan les informo que todos esos síndromes afectan al 10-15% de la población infantil (¡!) que asiste a la escuela junto a los niños “normales”, con unos profesores que, en su mayoría, no están preparados para enseñarles y comprenderles y un sistema educativo basado en unas herramientas que no les sirven.
Entre los ponentes se encontraba Juan Domingo que iba a hablarnos de “La escuela 2.0 en la educación inclusiva” pero que acabó siendo el perfecto evangelizador de la web 2.0. Juan es, además de profesor e investigador, un firme creyente en el poder de las redes. Un auténtico “dospuntocero man”. Así que durante su intervención estuvo hablando de las maravillas de la red, del futuro de la educación y de los recursos que puede ofrecer Internet ante un auditorio formado por 180 familiares, afectados, profesores, educadores, doctores, pedagogos, etc. a los que, me da la impresión, todo aquello les parecía ciencia ficción. Así que entre ver las caras de alucinación del público y la pasión que ponía el profesor Domingo en sus palabras me vino está pregunta ¿Qué puede hacer la web 2.0 y la Social Media por ellos?
Y recordé que hace unas semanas Genís Roca hizo un “Call for twitts” para que le ayudáramos a enfocar una sesión sobre “¿Cómo llevar a cabo un proyecto 2.0 en la Administración?” cuyo resultado fue “200 aportaciones hechas por más de 100 personas, unas 70 intervenciones al debate en Facebook, otras 60 desde Twitter, y una docena de posts relacionados desde diferentes blogs que llegaron a generar unos 90 comentarios”. ¿Cuántas personas leyeron esa cantidad de comentarios? Decenas de miles (o ¿centenas?).
A Genís le costó, supongo, un par de horas escribir un post y un twitt y de repente más de 100 personas contribuimos a divulgar y enriquecer su trabajo que, finalmente, le llevó a congregar a 280 personas y tener que cerrar las inscripciones 15 días antes del acto. Pero esas asociaciones llevan años trabajando para concienciar a la administración, a profesores, a educadores y a la sociedad en general y a pesar de ese 15% de afectados aún tienen que romper muchas barreras. Y lo hacen utilizando el método tradicional de la reunión, el libro, las charlas, etc… ¿No estábamos en el mundo 2.0 y preparándonos para el viaje al 3.0? Para algunos parece que no.
Los que nos movemos alrededor del Social Media asesoramos a empresas sobre cómo gestionar su presencia en Internet, como mejorar su branding, y como sacarle todo el jugo a la red para que consigan su objetivo final: máxima visibilidad, mejor reputación y, al final, desarrollo de su negocio.
Si a través de cualquier herramienta y de una buena estrategia somos capaces de que media España hablé de un tema concreto ¿cómo podría el Social Media ayudar para que estas cosas movilizaran a más gente? ¿Cómo debería construirse la web 2.0 para ser también inclusiva? ¿Cuánto hay que evangelizar para que las herramientas 2.0 lleguen a los colectivos que más la necesitan?
Me pregunto qué pasaría si algunos de mis gurús del Social Media preferidos (no les menciono porque necesitaría otro post), dedicaran un 1% de su talento a proponer acciones éxitosas. Seguro que, de repente, la administración entendería el mundo 2.0.
