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Política, políticos, táctica y medios sociales

politica y redes sociales

Siempre me ha gustado la política pero en los últimos tiempos debo admitir que me encanta. Ese encantamiento se debe al apasionante momento político que estamos viviendo en España desde hace unos meses, en todo el estado en general y en Catalunya en particular. Para los que no estén muy enterados, mis lectores de fuera de España básicamente, lo resumiré diciendo que ya no hay mayorías absolutas, hay un pequeño problema de personalismos y la mayoría de partidos son esclavos de su historia y los políticos lo son de las declaraciones que han dicho en campaña y fuera de ella … y ahí está el tema del que quiero hablar.

Sabíamos que los políticos y los partidos usaban los medios sociales, redes y blogs, para lanzar sus mensajes y convencer de sus planteamientos a los indecisos pero lo que no habíamos visto nunca es que también usaran sus perfiles para mandarse mensajes entre ellos de las cosas que les pasan por la cabeza. Esto que no debería ser un problema si atendemos a lo que cualquier persona hace en la mayoría de redes sociales, tipo Twitter y Facebook, lo es si hablamos de estrategia usando un medio táctico. Y digo esto porque dudo, y quizás es mucho suponer, que ninguno de ellos esté pensando en la estrategia del partido cada vez que escribe un tweet o actualiza su perfil en Facebook.

No es lo mismo hacer check-in en Foursquare para decir “estoy en la empresa X para una reunión importante. ¡Deseadme suerte!” que escribir “A la espera de una reunión con X para ver si llegamos a un acuerdo sobre la política agraria antes de formar gobierno”. Primero porque en el caso de una empresa no es seguro que te lean ni tu jefe ni tu proveedor y si lo hacen solo verán gente trabajando. Nada grave, vamos, no te van a echar de tu trabajo. Pero en el segundo caso, y como la política es algo transversal a la sociedad, lo lea quien lo lea hará su propia lectura, lo difundirá y en este caso sí que tus electores pueden echarte.

En segundo lugar porque por encima de la estrategia, o tal vez por ella, un partido político debe dar muestras de que tiene sentido de estado y un plan a largo a plazo. Un tweet o una opinión sólo representan una idea en un momento concreto pero que puede ser interpretada, y de mil maneras distintas, y que, según lo que digas o como lo digas, puede dar pie a que el electorado piense que no tienes estrategia y por lo tanto no tienes ningún plan o que no es lo suficientemente robusto.

La política, de la que depende el futuro de un país, es un tema demasiado serio (o delicado, o trascendente) como para debatirlo y airearlo a base de 140 caracteres. Los medios sociales son canales, unos más que otros, muy tácticos y que forman parte de un ecosistema en el que se arma una estrategia. Todos los mensajes que ahí publiquemos tienen que ir en sintonía con el objetivo que nos hemos marcado en el largo plazo y con la forma de conseguirlo (la estrategia). En los últimos tiempos nos hemos acostumbrados a ver a periodistas en las tertulias televisivas mostrando lo que un día dijo tal o cual político, incluso cuando lo dijeron siendo ciudadanos de a pie (y la mayoría veces descontextualizados).

Han hecho muy bien los políticos en tener presencia digital para mostrarse más cercanos y abiertos. También, como decía más arriba, para difundir sus ideas sobre la gobernación pero siempre que estén alineados con la estrategia porque de lo contrario se agarran a ese «mensaje corto» para que entres en contradicción y todo ese ruido que generan las redes, que muchas veces es positivo y que a mi, personalmente, me encanta, interfiere en la gestión del día a día y pone en peligro una buena ejecución de la estrategia definida en esta fase en la que aún no hay nada concreto (y no hablo de que sean opacos, eh? La transparencia es necesaria y obligada, pero bien entendida). De algún modo, y utilizando una comparación con las empresas y su estrategia digital, diríamos que los políticos y los partidos cuando hacen declaraciones políticas en las redes viven en una “crisis de reputación” permanente porque todo lo que digan se interpreta, magnifica y responde.

La táctica siempre va después, y está al servicio, de la estrategia. Seas una empresa o un partido político. Una empresa es un grupo de personas con el objetivo común de que se vendan sus productos o servicios. Un partido busca que se impongan sus propuestas y que las acepten la mayoría (cuando se pueda, claro). En ninguno de los dos casos puede haber fisuras en la táctica que entorpezcan la estrategia porque entonces o algo falla dentro de la organización, ya sea la comunicación interna o la cohesión del equipo, o el producto o propuesta que se pretende vender no era tan bueno ni tenía la consistencia que todos creían.

Leer en Twitter cosas como las de las imágenes adjuntas no solo no aporta nada al debate sino que dicen poco de quien lo escribe:

Creo que a muchos políticos aún les falta bastante para saber como manejar las redes sociales y deberían empezar por entenderlas y entender el impacto que tiene cada mensaje que ahí sueltas.

¡Que tengáis una feliz semana!

Nota: también debo reconocer que el visionado de la genial serie danesa Borgen ha ayudado mucho en este interés por la política. Gracias a Bernat Ruiz por recomendármela. En cuanto la termine iré a por House of Cards. 😉

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Comentarios (2)

Ay, si yo estaba ahí, de Celestina.
A mí me divierte esto muchísimo. No me pierdo ni una salsa.

Lamentable, Marijo, lamentable. Tienen incontinencia verbal. Y lo peor es que no le veo fin.
¡Cuanta paciencia tenemos!

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